El dolor de una pérdida no tiene explicación para quien lo sufre , o lo sobrelleva cada dia. Uno vive con los recuerdos mas preciados en la memoria y en el cuerpo ( un abrazo, un beso, una charla).
No existen palabras de aliento que sofoque ni alivie una partida, el silencio se vuelve ensordecedor, los sonidos son solo ruido y el aire, denso y apagado. Nuestras emociones se anulan y perdemos la orientación del tiempo y el lugar.
Cuando hablamos nuestra voz se quiebra o simplemente nos negamos a emitir palabra, puesto que perdemos la intención de comunicar algo. Las lagrimas son la compañía del día a día, a veces perdemos energía y hasta las ganas de comer[eso es muy malo, porque nuestro ser querido se fue pero nosotros no]
Cada rincón con la persona atesorada se vuelve lo mas importante de lo que vivimos a su lado.
Lo mejor en estos momentos es no reprimir el dolor y dejarlo salir, ya sea llorando, realizar alguna actividad deportiva u ocio. No es recomendable guardarse el dolor porque acarrea problemas de salud o física y emocional.
Hago llegar esto a mis primos y tíos ante la pérdida de mi tía Cristina, como una manifestación de cariño ante tanto dolor a la distancia. sobre todo a mi mamá a quien lo sufre tanto y quiero poder abrazarla.
